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viernes, 22 de abril de 2011

Frases de cajón, periodismo y colombianidad. Por qué desprecio las tres.


Frases de cajón



Hace 2 días, el miércoles en la noche, estaba revisando algunos hilos en twitter y me detuve ante el mensaje de un usuario. Un colombiano que ejerce el periodismo a quien conocí hace algún tiempo.


Su mensaje era: "Siempre sueña y apunta más alto de lo que sabes que puedes lograr -William Faulkner"


Una cosa que aprecio en él es su infinita paciencia cuando comienzo a objetar algunas de las frases que copia.  Es comúnmente difícil que las personas con alguna educación en Filosofía nos traguemos frases de cajón o citas sin un contexto explícito y menos cuando están armadas de manera pobre.  Una frase bien construida, generalmente ofrece el contexto necesario para su interpretación.  Esta en particular, me pareció una de las más irracionales que he leído en un buen tiempo.



Repliqué, "Analice la frase, hermano.  Apuntar más alto de lo que usted está capacitado es la definición de mediocridad".  A lo que otro usuario, que considero un individuo bastante capaz, objetó diciendo: "Claro que no, Mario. Mediocre es apuntar más abajo de lo que uno puede dar."


En ese momento me dí cuenta de que iba a tener que escribir el presente texto:  En el sentido común abonado por la cultura colombiana, las definiciones de perfeccionamiento y mediocridad se confunden invirtiéndose la una en la otra.


Sólo si uno está suficiente o excesivamente capacitado puede realizar una labor pequeña a la perfección.  Caso de Pablo Picasso, cuando se decidió por la cerámica artesanal y la transformó en Arte.  Caso del buen programador que por conocer y aplicar principios de física, puede realizar mejor un programa de computadora al pensar su práctica más allá del mero algoritmo matemático.  El buen panadero debe saber cómo mezclar y hacer deliciosos los componentes del pan teniendo en cuenta las fluctuaciones del valor de la harina.  Y así, sucesivamente.


Por el contrario, la poca capacitación para un trabajo -reconocidamente- superior a nuestras fuerzas es lo que los psiquiatras frecuentemente aducen como una de las causas primarias del síndrome depresivo.  Dado que produce sensación de impotencia y falta de completud cuando se lleva un trecho mirando hacia ningún lado con la esperanza de encontrar lo que no está ahí.


Pero no nos pongamos psicológicos, la definición de perfección tiene que ver con la eficiencia.  Y eficiencia quiere decir la realización de un trabajo a cabalidad, empleando el mínimo necesario de materiales y energía.  Se mide el perfeccionamiento de un motor de automóvil y su uso probable por la fórmula de la eficiencia, no por la forma en que desperdicia trabajo.  Así, no se usa un vehículo de ciudad en campo traviesa y viceversa.  De la misma manera, sólo el que sabe de una manera aproximada la medida de sus posibilidades las manifiesta en trabajo concreto y bellamente acabado. 



El trabajo u obra de alguien que se traza algo más allá de sus propias posibilidades es ineficiente y, por ende, un desperdicio que raya en lo mediocre.  Por costumbres y forma de vida, eso es típico en la -por llamarla de alguna manera- cultura colombiana, llena de "doctores" que a duras penas articulan palabra.  Tristemente, la gran mayoría de individuos que conozco en este país suelen aplaudirse a sí mismos cuando producen o reproducen sinsentido.



No sé por qué se me vienen a la cabeza las imprecaciones de otro latinoamericano, José Ingenieros, en su obra "El Hombre Mediocre". Quizá la cosa vaya más allá de este país y haya que imputarle la culpa a las costumbres latinoamericanas, la cristiandad o la cultura occidental en su conjunto. Bueno, eso se sale de mis alcances.


Sinsentido y despropósito


No conozco nada sobre William Faulkner, salvo que ganó el Nobel y estuvo afiliado a algún círculo de periodistas.  Pero, encontré la frase original en Inglés y tiene exactamente el mismo sentido que en Español: "Always dream and shoot higher than you know you can do." [...] "Don't bother just to be better than your contemporaries or predecessors. Try to be better than yourself". Así que el problema viene desde el autor original.


Desglosémosla:
  1. La frase "Siempre sueña y apunta más alto de lo que puedes lograr", tiene como palabras clave: "más de lo que sabes que puedes lograr". El "siempre sueña" y el "más alto" son simples añadidos que la embellecen y no aportan al sentido de la misma, por lo cual, vale la pena eliminarlos para comprenderla mejor.
  2. "Apunta más alto de lo que sabes que puedes lograr" es exactamente la definición número tres de mediocridad en el diccionario RAE: "adj. y com. [Persona] que no tiene capacidad para la actividad que realiza". Alguien que apunta más alto de lo que sabe que puede es, sin duda, quien no tiene capacidad suficiente para lo que se propone o promete hacer. Un mediocre.
  3. En este sentido, la frase nos dice, claramente, sé un mediocre.


Como repliqué después, nadie con dos dedos de frente votaría por un lustrador de zapatos que se lance a congresista o a la presidencia: Es un individuo que apunta más allá de aquello de lo que es capaz de realizar. Suponiendo que nuestro lustrador no es un brillante autodidacta o algún académico que cayó en desgracia económica, no es sólo un iluso sino también un mediocre.


Pero creo que sé además por qué una frase quizá llena de muy buenas intenciones (es decir, que parece invitar al mejoramiento de nuestras capacidades) tiende a engañar en su sentido original. Y sobre todo, a un periodista.


Hace varios días me dí cuenta de que una colega de aquel periodista jamás recibió clases de lógica en su cátedra de comunicación social.  Y me temo que él tampoco por lo poco que he podido apreciar en su listado de mensajes.  Su colega me dijo que no sabe de lo que se trata una falacia del lenguaje y que no le interesa mucho leer sobre eso [...]  Su argumento fue que lo único valioso para ella era que la entendieran.  Articulación mental que sorprende en proporciones mayores dado que, si uno no tiene una mínima idea de lo que está afirmando o en qué medida se está auto-engañando, a duras penas se podrá garantizar la comprensión ajena.


Es decir -más allá de la mecánica de la lógica y de las falacias del lenguaje- estas personas ni siquiera suelen ser conscientes de intríngulis lingüísticos como el problema del lenguaje privado y la divergencia entre el sentido y significado de las palabras. Lo cual desdice mucho de sus cualidades comunicativas y de su carrera común, el periodismo, que últimamente ha dado en llamarse "Comunicación Social" con una que otra variación.


Con esto no quiero minimizar sus capacidades y mucho menos las de mi amigo Julián. Toda la gente tiende a confundir sentimientos en los elementos racionales que nos comunican experiencias y lenguaje.  Se sabe a escala científica que la mente nos juega malas pasadas cuando se cambia rápidamente de contexto en el análisis de alguna materia, lo cual se utiliza como base psicológica para la elaboración de propaganda.


Contrario a la intuición de muchas personas, las frases de cajón o citas sin contexto suelen aparecer tan vacías de sentido como las ideaciones de aquellos que las repiten. La gente suele venir llena de buenos propósitos y sentimientos nobles, pero ideas muy cortas a la hora de realizarlos en acciones concretas.