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martes, 8 de noviembre de 2011

Yo aborto, tú abortas, ella aborta

Opiniones sueltas sobre ciertas discusiones sociales en torno a la libertad reproductiva



Contención


Personalmente considero una tremenda lástima que, con la disponibilidad de medios técnicos e información actual, hacer una búsqueda de imágenes sobre el aborto resulte tan fútil. Las primeras páginas de Google Images en Español, por ejemplo, se encuentran abarrotadas de fotos copiadas desde sitios en Inglés. Los sitios en Inglés de donde provienen originalmente esas imágenes son sitios de fundamentalistas religiosos y gente que tiene por pasatiempo los hoax (evidencia falsificada por motivos humorísticos u otros intereses), lo cual es fácilmente comprobable.

Lo que se muestra por aborto va desde el rango de la burda trampa fotográfica y la realización de montajes con muñecos, hasta la presentación de unos pocos bebés, notoriamente deformes o nacidos muertos, como si se tratase de productos del aborto quirúrgico. Alguien también me cuenta que hoy -cuando hay cierto furor con el tema en mi país- se reparte en buses y sitios públicos panfletos que llevan por título "carta de un bebé no nacido", que no sólo sorprenden por la manipulación a que son sometidos quienes lo distribuyen y reciben de buen agrado; sino también por la capacidad literaria del bebé que, sin haber nacido, logró escribirla y hacerla publicar.

Así, al sostener discusiones en torno al aborto resulta común que la otra persona comience a hablar sobre el alma, la vida como suceso espontáneo y otras entre tantas cosas inconmensurables: como apelando a la ignorancia, aludiendo al sentimiento o abdicando la posibilidad de equivocarse al contemplar alguna -para mí extraña- fuerza divina que guía sus pensamientos. Tres líneas argumentales insostenibles bajo cualquier punto de vista racional, ofuscadas por claros errores de pensamiento y procedimiento: tres falacias lingüísticas distintas Ver nota 1. Para descanso del lector, espero que no sea mi caso pues sólo pretendo acudir a su buen juicio.

Discutir de manera pública un tópico como este requiere ante todo alguna acotación, por lo cual yo querría no tener que demostrarle a alguien -sabiendo que no tengo por qué- que el alma es un concepto errado nacido en la ignorancia de pueblos antiguos acerca del papel que la respiración y el sueño juegan en la manutención de la vida humana, o que el principio al que hace referencia es un mito de lo más pobre y burdo que se ha dado entre mitos antiguos y contemporáneos. El tópico es el aborto y a eso intento limitar este escrito.

Digresión


Esto, aunque hace casi trece años me di cuenta de que me había convertido en un ateo y hoy, después de haberle dedicado tanto a la religión, no dejo de ver sus absurdos dogmas esparcidos por doquier. Por ejemplo, muchos católicos inspirados por la opinión infalible del papa romano, afirman que la vida se genera en el momento de la fecundación cuando todos sabemos que antes de eso ya hay vida y que la multiplicación programática de células no es acto milagroso ni espontáneo.


Dichos individuos ofrecen al cigoto cualidades psíquicas (sistema mental complejo) porque creen que la psique (alma, a la manera antigua de la fuerza animatriz latina) la otorga algún agente volador extraño de barbas blancas. Pero jamás estarán dispuestos a argumentar el problema teológico último: ¿por qué no tienen alma el semen y el óvulo si no están muertos? ¿es el alma acaso divisible o reproducible? ¿cuántas veces, si lo es? ¿para qué tanta complicación en el acto sexual si "el señor" debe descender cada vez que acaba dicho acto para ponerle un alma a cada huevo fertilizado?
Entonces Judá dijo a Onán: «Cumple con tu deber de cuñado, y toma a la esposa de tu hermano para darle descendencia a tu hermano.» Onán sabía que aquella descendencia no sería suya, y así, cuando tenía relaciones con su cuñada, derramaba en tierra el semen, para no darle un hijo a su hermano. Esto no le gustó a Yavé, y también a él lo hizo morir. (Génesis 38:7-10)


Caos


La obsesión sexual que tenían los criadores de cabras de la antigüedad era, claramente, problema de escasez de recursos. Tener mayor cantidad de hijos permitía mayor prosperidad económica dado que se tendría mayor capacidad para la producción de la tierra, transporte del agua, consecución de bienes y defensa del territorio. Mayor cantidad de hijas -aunque usualmente vistas como una maldición- permitía el cuidado de la casa o establecer buenos negocios matrimoniales dado el obligado regalo al padre para pedir la mano de la hija: Sin medicina a la mano lo normal es que muera aproximadamente la mitad de la descendencia. La concepción y feliz término del embarazo se dificultan muchísimo en situaciones de alimentación poco tecnificadas y semi-nómadas.

Para la mujer en esas condiciones, lo normal no es precisamente realizar el proceso completo del embarazo [...] Lo que muchos ven cual orden divino presenta un gran problema, el aborto espontáneo es bastante más común que el inducido por medios químicos o quirúrgicos.

Con la revolución de la medicina son quizá más los abortos que se evitan que los producidos deliberadamente.


De tonterías y Ciencia


Hoy día se parte de la creencia equivocada de que las condiciones de bienestar actuales están dadas de forma gratuita. Por el contrario, la medicina es más común que las debilidades naturales de la especie y aunque suene a película de ciencia ficción, todo apunta a que el origen de la vida no es terrestre: proteínas esenciales y materiales del ARN (base de la transferencia genética en cadenas de ADN) son comunes en varios asteroides y completamente escasos en la tierra. Se puede generar corazones y pulmones en laboratorio (con una impresora casera modificada), clonar individuos humanos y -más relevante aún- empujar el proceso de la fecundación dentro de un tubo de vidrio más allá de los límites naturales del útero -desde 1976.


Con ciencia, no con religión, se produce vida donde naturalmente no habría.


Del estancamiento político y la vía natural


La argumentación contra el aborto atraviesa un problema enorme para sus propios contradictores: la irracionalidad de sus argumentos se evidencia porque nunca se extiende de manera consistente hacia la fertilización in-vitro. Que la acepten o no, que la conviertan en parte del problema del aborto o no, depende de la vena religiosa, doctrinaria, dogmática o costumbrista a la cual pertenecen por crianza o convicción y su conveniencia política personal.


En tanto comunidad de ideas se declaran defensores de la vida, pero individualmente no entienden de lo que están hablando: la vida en el sentido biológico es un conjunto de fenómenos simultáneos, no una cosa en sí misma o una definición de diccionario.


A pesar de que se puede entender vagamente qué es estar vivo, no puede señalarse lo vivo con el dedo o expresarlo por definición a menos que se lo compare con lo muerto. En últimas, para otorgarle consecuencia a sus puntos de vista acerca de la vida, deben oponerse a la proliferación de la misma: políticos de vena conservadora se han dado a la tarea de prohibir cualquier cosa innatural (para aquellos hombres de las cabras) salvo automóviles, industria, extracción petrolífera, aviones, Internet, estaciones hidroeléctricas e industria alimentaria con sus consecuentes bypass gástricos y cardio-vasculares.


Pues, si lo importante es la vida, no extirpemos tampoco el tumor cancerígeno: individuo sensible con constitución genética propia y una vida separada de sus progenitores.

Lo peor de la definición que uso para el tumor cancerígeno es que es exactamente la misma con que los activistas contra el aborto definen al feto, supuestamente haciéndole algún tipo de favor. Lo bonito de las definiciones no es sólo que nos ayudan a entender si aquello por lo que luchamos vale la pena, sino que ayudan a identificar cosas; si dos objetos distintos se definen de la misma manera, consiga otra definición; o la primera definición que se le ocurrió está errada o usted no está pensando nada serio.


Quizá algunos nunca saldrán de su concha mental: cuando el médico-científico manipula los tubos es un monstruo; cuando el bebé nace ¡gracias "al señor" por ese milagro! Quizá algún día muchos se liberarán del prejuicio y mirarán de manera distinta problemas y procesos naturales.  Pero son muchos los individuos -mujeres y hombres-, no sólo parejas, que se ven afectados por la intromisión de estos grupos en su fuero privado. No importa si quieren hijos y están naturalmente impedidos para producirlos o, por el contrario, deben evitar su alumbramiento, otros prefieren condenarlos a vivir de determinadas maneras para satisfacer la creencia o gusto propio antes que las crudas exigencias de la experiencia vital ajena.


Cultura


No obstante, la cuestión no se estanca en lo biológico: impulso reproductivo, cópula, fecundación y si las leyes de la probabilística conjuran un buen resultado, parto. También está el problema de qué pasa cuando un niño se desarrolla en camino a la adultez y en qué modo lo hace. Nunca he estado de acuerdo con aquellos que se despellejan por "la vida de los niños" antes de salir de la vagina, pero después, tras un monumental esfuerzo de gimnasia mental, convierten la cosa en sálvese quien pueda.


El recital "la vida es sagrada" sólo puede sostenerse en una perspectiva pre-vaginal. Hecho indiscutible por la misoginia y misantropía común a los mitos que dieron lugar a semejante aberración idealista:
El hombre que tenga los testículos aplastados o el pene mutilado no será admitido en la asamblea de Yavé. (Deuteronomio 23:1)
Si se prostituye la hija de un sacerdote, se profana a sí misma y a su padre: será quemada viva. (Levítico 21:9)


El problema de la vida discutido desde la perspectiva del laico se refiere a calidad de vida, modus vivendi dicho de mejor manera. Nada tiene que ver con odios y castigos enconados salidos de una ética agrícola gregaria y prescritos de manera inmoral. Perversiones morales disfrazadas con moralina para mal de las generaciones posteriores. Heredades culturales que sería bueno desterrar de una vez por todas.
Los bendijo Dios, diciendo: «Crezcan, multiplíquense y llenen las aguas del mar, y multiplíquense asimismo las aves sobre la tierra.» (Génesis 1:22)

Como todo lo demás, la reproducción observada desde tiempo atrás en comunidades de la especie humana, es cuestión cultural o social, si se quiere. Matriarcados, patriarcados, sociedades de propiedad compartida, guerreras -comúnmente ligadas a la propiedad privada, nómadas, sedentarias, holocaustos y masacres entre hermanos y desconocidos, todo ligado a formas distintas de ver la reproducción y su papel en la generación de cohesión y bienestar social para la tribu.


Quizá lo único que ha cambiado de modo notable es que con la crisis del estado nación tenemos la responsabilidad de pensar en términos mundiales y la vieja fórmula de la reproducción agrícola, aún defendida por muchos, demuestra ser un completo sinsentido. Digamos, pensar en qué vamos a hacer con siete miles de millones de habitantes en el planeta mientras sólo el treinta y cinco por ciento tiene recursos básicos, el cinco por ciento produce la mayor parte de la contaminación y los recursos naturales existentes sólo pueden sostener a la mitad de la población sin hacer llegar al planeta a un colapso inminente.


Nada qué ver con la vida en abstracto, porque en abstracto nadie vive.


Interrupción deliberada del embarazo.



De-finiciones


¿Qué es abortar? Terminar la realización de un objetivo antes de lo previsto: aborto una operación militar, la consecución de una meta o la idea de construirle una casita al perro. Luego, la expresión correcta para aquello sobre lo que yo discuto es interrupción temprana del embarazo y nada tiene que ver con matar bebés. Porque finalizar un embarazo tempranamente nada tiene que ver con abortar el embarazo en sí sino -por el contrario- evitar la consecución del fin reproductivo.


El problema de si es legal o no interrumpir deliberadamente el embarazo -sobre todo para bien de la madre- en etapas tempranas me parece sencillamente inexistente. A menos, claro, que al abandonar el punto de vista primitivo nos cuestionemos también si es legal menstruar, porque cada huevecillo desperdiciado es también un niño en potencia.


Y ahora llevemos las cosas más lejos: Me encuentro de acuerdo no sólo con la interrupción temprana del embarazo sino también con la interrupción deliberada del embarazo, es decir, en cualquier etapa del ciclo. No comprendo cómo durante un parto de esos de telenovela, donde hay que escoger entre la vida de la madre y la vida del (ahora sí) bebé, alguien debería obligatoriamente pegarle un tiro en la cabeza a la madre porque el aborto está prohibido con pena de cárcel [...] El dilema moral y legal es bastante diciente: el homicidio y la eutanasia suelen estar penalizados, pero, frente al aborto, parece que casi nadie viera allí algo racionalmente extraño.


Se pasan de pillos los que arguyen que quien respeta el derecho ajeno a la interrupción temprana del embarazo, lo concibe además como forma habitual de contracepción. ¿Qué mujer por loca que estuviese querría practicar un procedimiento relativamente molesto todo el tiempo? ¿Quién obligaría a una mujer a interrumpir el proceso del embarazo siendo esta una cuestión que ella debe decidir por sí misma? ¿Cómo es posible que alguien crea que al legalizar el aborto todas las mujeres tienen que practicarlo por ley?

También suelen usar siempre la palabra aborto porque la mera apelación al sentimiento -es decir, al prejuicio- es beneficiosa para su causa. Hay cosas que las personas del común suelen despachar sin detenerse a pensar, aunque crean hacerlo: uno tiene que llamarse a sí mismo ateo porque las personas suelen llamarlo así; si uno dijera que es una persona que no cree en cosas de las que no tiene certeza o que nadie ha demostrado que existan, cualquiera correría a decir que piensa igual [...]

Existen distintas formas de aborto, como subrayé anteriormente:
Aborto espontáneo, relativamente común sin control médico o circunstancias adecuadas de alimentación, salubridad y cuidados. Aborto químico, inducido por determinadas sustancias -como la raíz de jengibre, altamente abortiva y usada por mujeres desde la antigüedad estrictamente para tal propósito Ver nota 2. Aborto quirúrgico, práctica más contemporánea y bastante segura para la mujer en tanto se realice dentro de una institución médica reconocida por parte de profesionales regulados.

A esto último se oponen con poderosa ingenuidad o morbosa carencia de empatía los opositores al aborto: a su práctica segura en las circunstancias que se haga necesario a criterio de los individuos afectados y criterios éticos y científicos relativos a la práctica médica.


¿Cómo pienso la idea de la libertad reproductiva o derecho reproductivo?


Como el oxímoron que es: tratándose de una cuestión sustantiva, nadie necesita intervención del sistema legal para reproducirse o no, a menos, claro, que viva en un país con serios problemas de población, una dictadura o una república bananera. Siguiente tópico.


Contraposiciones


Desde antiguo el uso del jengibre y otras plantas (incluso por propiedades distintas a la que mencioné arriba) era considerado un acto de brujería, esto es, un acto de sedición. Porque brujería es, históricamente, la práctica de retar el discurso y las formas de control propias de una sociedad masculina.

Las mujeres, lastimosamente, se han convertido en víctimas de su propio gremio al apoyar políticas a todas luces machistas y elitistas introducidas en la cultura por medio de la religión. Cuando la práctica y la libertad de decidir sobre la interrupción del embarazo queda truncada socialmente por leyes sin piso científico, cuando la vida civil es capturada por creencias populares partidas de una mentalidad fundamentalista, la mujer pobre es la tipología social que realmente sufre -no sólo al hombre que las mancilla sexual o afectivamente; también la consecuencia perpetua de algo que podría ser evitable y su irremediable remisión a por lo menos un estrato socio-económico por debajo de lo que podría realizar en condiciones planificadas. Claro, también lo hacen familias enteras, cuando tienen que operar la multiplicación de los panes y los peces en su propia versión: religiosa, aunque carente de milagros.


Con médicos especializados en labores técnicas de inspección (en vez de diagnóstico) y prescripción (en vez de tratamiento), mujeres de países como el mío sufren también o bien por objeciones de conciencia medicas simplemente debidas a baja calificación intelectual o bien porque el médico no cumple la labor educativa y emancipadora que le correspondía en otras épocas.

La importancia del médico-científico es crucial para sentar las bases de una sociedad que realmente desea fortalecer el derecho y promover el desarrollo de sus individuos en la perspectiva de la especie.

Dividirnos entre buenos y malos, rojos y azules o pro-life y pro-choice a la usanza estadounidense, genera un completo despropósito. En la discusión sobre la interrupción temprana del embarazo básicamente todos estamos de acuerdo en algo: nadie quiere que el aborto sea una práctica acostumbrada y la prohibición es una de las peores maneras para lograr ese objetivo. El aborto clandestino en pésimas condiciones clínicas y a precios absurdos es el único recurso de las mujeres pobres. El resto puede seguir asistiendo a clínicas privadas con cirujanos renombrados como se hace desde hace tanto tiempo entre familias religiosas de bien donde, al parecer, tan poco se conoce sobre el sano papel de la moralidad: el reconocimiento del bienestar universal.


Las historias de terror sobre tendencia a embarazos ectópicos (aborto tubárico) posterior a la interrupción clínica de un proceso de embarazo, y todo lo demás, son historias de brujas. Me disculpo, historias de aquellos religiosos fundamentalistas que aman tanto mentir al prójimo en nombre de su dios y del creer en vez del saber: fe.


Más definiciones

Tan distinto es abortar de interrumpir tempranamente el embarazo como la anfibología que la palabra embarazo presenta en lengua española por heredad arábiga y, culturalmente, hebrea: Embarazarse se puede usar para el desarrollo resultante del sexo y la concepción o sencillamente para expresar que algo es trabajoso, tormentoso o entorpecedor, porque,
Multiplicaré tus sufrimientos en los embarazos y darás a luz a tus hijos con dolor. Siempre te hará falta un hombre, y él te dominará. (Génesis 3,16)

Lo más absurdo de todo, es que la gran mayoría de personas opositoras o defensoras de la interrupción deliberada del embarazo no saben siquiera de lo que hablan aún en el sentido social. De hecho, volviendo a lo biológico, ¿conocen los estadios embrionarios y a qué se corresponden en una perspectiva evolutiva? Y para que el lector despierte, no importa si está usted "a favor o en contra" como en los deportes, ¿se atreve a acertar cuál de estos gráficos corresponde a un embrión humano?



La dignidad de la vida


Muchas personas acostumbran usar expresiones que no entienden o nunca pensaron cabalmente. Las acostumbran por su sonido, no por lo que significan. La dignidad de la vida es una de ellas y nada tiene que ver con cigotos, embriones o fetos, puesto que significa el valor que tiene la persona (sujeto reconocido legalmente, como en: persona natural y persona jurídica); o, mejor aún, puesto en sentido moral, el valor irreemplazable que se tiene como miembro activo de la especie humana.

Sin el conjunto de recursos y condiciones que garantiza que cada individuo de la especie tenga una experiencia plena en su desenvolvimiento social desde el crecimiento hasta la muerte, ¿de qué dignidad estamos hablando?.

De allí que yo también esté de acuerdo con la eutanasia. Entiendo inmoral y simplemente aberrado violentar las necesidades de personas afectadas por algún suceso infortunado bajo la única excusa de defender un concepto sonoro: la vida es sagrada [...] Pff.

La alegría de la paternidad


Cuando me preguntan si quiero tener hijos siento extrañeza. ¿En qué otra circunstancia de la vida se utiliza el verbo tener con tan peculiar acento? ¿Es acaso la paternidad un asunto de propiedad a la manera de "usted es mi hijo y a mí me obedece porque yo digo"? Poco refinada falacia de razonamiento circular. Creo que muchas personas lo niegan por el tono de la pregunta, pero es la forma implícita en que piensan y se evidencia en su uso irreflexivo del verbo tener.

Cuando uno se acostumbra a pensar de una misma manera desde la infancia, resulta extraño que no siga reproduciendo las mismas formas -y deformaciones- del pensamiento -quizá con variantes distintas- durante la vida adulta. Vivimos en sociedades donde -como he subrayado hasta el cansancio- el paternalismo gregario y el mito de la virginidad definen dichos y cuestiones cotidianas.

Y hay personas a las que nos preocupa más la manutención y la crianza de los hijos antes que la cesación del desarrollo embrionario.

A estas alturas del juego económico, las relaciones naturales de madre, padre e hijos se modificaron: el eje de la sociedad no es la familia (entendida en cualquier sentido que implique unidad sentimental y económica), es el puesto de trabajo. La familia -es decir la gente más cercana y con la que uno comparte su vida- no es necesariamente la gente con proximidad consanguínea: el elemento tribal se va decantando. Y, por su puesto, los hijos no son una necesidad salvo en aquellos casos que ciertos individuos los traen al mundo con el propósito único de verse asistidos (acompañados) cuando llegan a la vejez; cosa que por lo general no tiene un final tan prometedor.

La alegría de la maternidad


Es claro que la mentalidad de la mujer -en gran cantidad de casos pero no en todos- suele cambiar de manera drástica al dar a luz. Nada tiene que ver con ese sentimiento intelectualmente escurridizo que llamamos amor sino con la segregación de Oxitocina, que genera un fuerte vínculo entre madre y bebé a través de la leche materna. Y por razones que no pienso explicar aquí, porque estoy llevando este escrito a proporciones ilegibles, del padre también. Suerte que debemos a la adaptación evolutiva de nuestra especie y no a yuyo mágico o luz mística alguna.

Y hablando de adaptación evolutiva, un detalle curioso: La madre sufre de vómito durante las primeras etapas de la gestación porque el embrión en formación es un agente extraño en el cuerpo materno.  La reacción natural, mecanismos de alarma equiparables a los de una enfermedad común.

Marcando distancias


Cuánta es la inmadurez de esta especie para afrontar los retos tecnológicos y superar los crueles sistemas de organización económica y política actuales. A eso le sucede una larga lista de etcéteras.

Sin ponernos rimbombantes y hablar del orden mundial, qué esperanzas se puede tener en la paternidad cuando, por ejemplo, el común de mi país es uno de los peores ejemplos de cultura y su transmisión que he tenido: los gritos maternos y paternos, los biberones repletos de Coca-Cola, la "espumita de frijoles" "para que el bebé engorde", "la sopladita" en la parte del cráneo que aún se encuentra blanda y en formación [...] "para que el bebé respire", los bebés muertos de sofocación "porque tienen tos y hay que taparlos con la cobija para que no se enfermen -aunque sea medio día"; y continuaría la lista de etcéteras si a mí mismo no me doliera y aburriera continuar en esta línea.

No me molesta que mucha gente conciba la familia con la limitación primitiva de los congéneres de sangre. Tampoco me molesta que los demás tengan hijos en el número y medida que les plazca. Claro está que como individuo soy menos egoísta y no me atrae la idea de sobre-poblar el planeta de manera tan alegre ni de matar madres porque la vida de un embrión -llamado niño por puro capricho- cae mejor durante épocas electorales y mitines conservadores.

¡Aleluya!


Pero ¿dónde aparece la línea divisoria? Más temprano que tarde. Tarde se considera el tercer trimestre, a partir del cual comienza el desarrollo cabal del feto.


Por último, una anécdota. Una amiga hace poco me dijo:
Me alegra que te hagas la vasectomía. Yo que tengo tres hijos te puedo decir con toda experiencia que los hijos no son la felicidad...

Y aunque no estoy de acuerdo con ella en muchos detalles derivados de eso que dijo -porque los asuntos del gusto son individuales-, puedo decir: dejemos a un lado el fundamentalismo y aprendamos a no imponer formas de vida irracionales a los demás ni a venderles ideas mediocres por pura falta de disciplina mental. En ese sentido, estoy completamente de acuerdo con ella.


No me gusta la idea de hacer progenie, pero sí la de contribuir a la especie educando hijos ajenos. Quizá adoptando en algún momento.


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Nota 1:

Falacias de apelación a la ignorancia, patética y de apelación a la autoridad en su orden.
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Nota 2:

Plantas como la Albahaca, Apio, Perejil, Póleo están también en esa lista, aunque consumidas en grandes cantidades. Matronas, nodrizas y parteras estuvieron entre los primeros practicantes de la medicina y la farmacéutica en el sentido moderno de dicha disciplina.

2 comentarios:

  1. Una manera de prolongar el deplorable status-quo, es seguir culpando a las mujeres pobres de tener un pensamiento machista. Los cambios no van a ocurrir desde ahí. Está en las manos de las mujeres con poder y en lo posible educadas en términos médicos y en las manos de la mayoria de hombres que ya pupulan las posiciones de poder, empezar a cambiar el imaginario colectivo acerca de los atributos (o castigos) divinos alrededor del aborto.
    Si se empieza a hablar en términos médicos acerca del procedimiento que lleva a la terminación temprana del embarazo, la percepción de "vida", "bebe", "matar", pasa a lo que realmente es: un procedimiento quirúrgico que puede reemplazar un evento biológico natural (el aborto). En ese respecto, el cambio de lenguaje puede traer inmensas consecuencias, ya que las definiciones (al menos las de vida) le han hecho más daño al dilema: Hermona es la rosa que abre sus petalos al sol, y absolutamente hermoso es el cáncer que recruta sangre para crecer. Si esperamos a tener las palabras para definir "vida" no vamos a llegar a ninguna parte. Los priones pueden multiplicarse, y no tienen material genético; los virus si lo tienen, pero necesitan las maquinaria de una célula para su reproducción. Las células se reproducen, las cancerigenas igual que las del cigoto que puede formar un humano. Que exactamente se define como vida y no vida y,cual vida merece ser salvada y cual acabada?
    Hay muchas cosas que decir, pero solo quiero enfatizar en que fuera que las mujeres les toca lidiar con su naturaleza fecundadora, tambien se les haga responsables por su pensamiento machista, consecuencia de la sociedad necia en que nacieron es un gran error.
    Disfrute mucho tu artículo, gracias.

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  2. Estoy totalmente de acuerdo contigo Verónica. Interesante punto el que enfatizas acerca del dilema cultural de la mujer. Intenté que fuera parte central del escrito y que además se notara la posición pionera y emancipada que tuvieron históricamente durante las épocas más oscuras. Ojalá la retomen ahora que tienen muchísimos medios. Aquí intento poner un grano de arena para esa causa. Y por supuesto en mi vida cotidiana.


    Resultan de sumo interés tus ampliaciones acerca de los priones y los virus. Como también tu apunte acerca del problema moral de quién vive y quién muere: intenté plantearlo desde la dignidad de la vida, lo cuál ayuda a enlazarlo con la bella muerte, eutanasia.


    Gracias por leerme. No había visto que tienes un Blog excelente sobre temas relacionados con la ciencia y ya te estoy siguiendo -entre mis favoritos.

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